Comentario
LIBRO 2
REGRESO DE LIMA A QUITO, NAVEGACION
DESDE EL PUERTO DEL CALLAO HASTA EL
DE GUAYAQUIL Y NOTICIAS DE ELLA,
VIAGE HECHO A GUAYAQUIL PARA PONER
EN RESGUARDO AQUELLA CIUDAD
CONTRA LA INVASION QUE SE TEMIO DE
LA ESCUADRA INGLESA COMANDADA POR
EL VICE ALMIRANTE ANSON, SEGUNDO
VIAGE A LIMA Y DE ALLI A LAS ISLAS DE
JUAN FERNANDEZ Y COSTAS DE CHILE,
DESCRIPCION DE AQUELLOS MARES Y
CIUDADES Y RETORNO AL PUERTO DEL
CALLAO
CAPITULO 1
Viene por mar desde el puerto del Callao al de Paita,
y de este á Guayaquil y Quito, descripcion de aquella
polacion y de los vientos y mares de esta travesía
423 El tiempo que nos mantuvimos en Lima y en el Callao lo empleamos en cumplir varios encargos que el virrey quiso fiar de nuestra conducta, dirigidos á poner en la mas possible defensa aquellas costas y reyno para que, en caso de que las esquadras de Inglaterra, con cuya Corona se acababa de romper la guerra como queda dicho, hiciessen en ellas alguna tentativa, hallasen en la resistencia que no podrian discurrir su repulsa y, tal vez, el escarmiento. Despues de finalizado todo á satisfaccion del virrey y de haver vuelto al Callao una esquadra de 4 navios que se havia embiado á las costas de Chile en el principio de aquel verano para observar y atacar las del enemigo sin traer noticia alguna de que huviessen entrado en aquellos mares navios estrangeros, hallandose la estacion del tiempo tan adelantada y reconociendo que, empezado yá el ibierno, no era practicable passassen el cabo de Hornos en el resto de aquel año los navios del vice almirante Anson si, como se suponia, no lo havian hecho hasta entonces, pedimos licencia al virrey para volvernos á Quito á concluir nuestra primera comission, respeto de que segun las circunstancias no podia ofrecerse motivo para hacer allí mayor nuestra demora. Este, aunque con alguna dificultad de su parte porque la noticia de no haver podido montar el cabo de Hornos la esquadra que fue de España á el cargo del gefe Don Joseph Pizarro y el hallarse sin otros oficiales le detenia para havernosle de conceder, convencido al fin del atrasso que se nos seguia y seguro de que en cualquier novedad que ocurriesse nos hallarla puntuales, condescendió con nuestra instancia y nos franqueó el permisso que solicitabamos.
424 Hallabase pronto á hacer el viage á Guayaquil uno de los navios de mas buque que navegan de marchantes en la mar del sur, nombrado las Caldas, en el qual nos embarcamos el dia 8 de agosto del mismo año de 1741 en el puerto del Callao y entramos á dar fondo en el de Paita el 15 del mismo mes; desde allí, continuamos el viage el 18 y entramos en la Puná el 21, de donde, passando inmediatamente á Guayaquil y de este puerto á Quito, llegamos el 5 de septiembre á esta ciudad.
425 La derrota que regularmente se sigue, saliendo del puerto del Callao para el de Paita, es primeramente al oesnoroeste hasta montar los farallones de Guaura, y desde ellos se continúa navegando al noroeste y noroeste quarta al norte hasta considerarse en poca mas latitud que la de la isla de Lobos de afuera, desde la qual se prosigue governando entre el norte y nordeste hasta descubrir ó ver la tierra firme inmediata á ellas, y esta se lleva despues á la vista hasta entrar en el puerto de Paita, haciendo siempre resguardo á la punta de la Aguja por ser muy rasa y salir mucho á la mar; assi, es lo regular desde la isla de Lobos ir á descubrir la de Nonura, que está al norte de aquella. Todas las tierras de esta costa son baxas pero hay dos señales que avisan quando se está inmediato á ellas; una, los lobos marinos que se descubren en la cercanía de las islas y á tres ó quatro leguas distantes de ellas; y otra, la pajarería que hay en toda aquella costa, la qual sale á hacer su pesca para mantenerse de dos á tres leguas distante de ella; y assi, aunque haya brumazon sobre la tierra y no se pueda ver, como sucede ordinariamente, llevando este cuidado, si es de día, se puede conocer y estar seguros de si dista poco ó mucho; pero de noche, es preciso tenerle mayor por lo anegadas que son aquellas tierras. Y aunque las islas de Lobos no son tan baxas como la costa, no por esto se puede escusar la precaucion porque sería muy factible dar con ellas á qualquier descuido.
426 Regularmente, al hacer este viage, si se ha de entrar en Paita y no se han descubierto las islas de Lobos en el dia, estando por su latitud, se ponen á la capa de noche; y si no se quiere tomar aquel puerto, se les hace el resguardo necessario en el rumbo, y se prosigue el viage. Es preciso reconocerlas ó la tierra firme inmediata que está al norte de ellas quando se quiere tomar á Paita por no propassarse del puerto con las corrientes porque, si sucediesse, sería preciso despues mucho tiempo para ganar su barlovento por ser el viento y el curso de las aguas contrario para ello.
427 Desde Paita se lleva la costa á la vista á distancia proporcionada, de modo que se hagan resguardo á los negrillos, que son unos baxos de piedra, los quales se alargan de ella entre quatro y cinco leguas y median entre Paita y cabo Blanco, siendo este ultimo donde empieza la ensenada de Guayaquil.
428 En toda esta travesía son los vientos que de ordinario se experimentan por el sur, y de aqui rodean hasta el sueste si es en tiempo de verano, esto es, desde noviembre á mayo. Inmediatos á la costa, hay terrales por la mañana, que son vientos estes endebles, y estos passan despues al sueste ó sur sueste; en esta sazón, lo son igualmente los sures quando se está algo apartados de la costa y no se hacen estrañas algunas calmas, aunque son de poca duracion pero nunca recalan las brisas hasta allí. Esta es la causa porque en todas estaciones se hacen muy largos los viages desde Paita al Callao, pues, si los navios se quieren apartar mucho de la costa, los vientos se les rodean desde 10 á 12 leguas distante de ella del sur para el sudoeste, y, si la quieren llevar á la vista y grangear la distancia en bordos, descaecen en el uno lo que grangean en el otro, á que se agrega que, siendo en el ibierno, corren las aguas con violencia para el norte y noroeste, y esta contrariedad hace mas dilatados los viages. En el verano suele no conocerse movimiento en ellas y, si lo tienen para el norte, es poco; lo mas regular es que, si van para alguna parte, sea al oeste, lo qual nace de que, ventando las brisas de la vanda del norte de la equinoccial y no pudiendo romper el curso para el sur, como sería natural si no hallassen oposicion en las aguas que agitan los vientos sures de esta otra parte, encontrandose unas y otras, se vuelven al oeste, como la unica direccion por donde se pueden encaminar. Hay algunas breves temporadas en que repentinamente toman su curso para el sur, siendo tiempo de verano y cerca de la costa, pero distantes de ella no, y con la misma puntualidad ó quedan paradas ó vuelven á hacer contrario curso. Por esta razon, la mayor parte de los navios que salen de Paita, llevando la derrota al Callao en este tiempo, se mantienen bordeando sobre la costa con la esperanza de adelantar lo que no pueden con el viento en una de estas coyunturas en que las corrientes se cambian á su favor.
429 En todos tiempos, es penoso por lo largo este viage pues, mediando de uno á otro puerto distancia tan pequeña como la de 140 leguas en latitud á corta diferencia, es feliz el navio que la hace en 40 ó 50 dias y no tiene que arribar al mismo puerto de Paita de donde salió, segun es lo mas frequente, no siendo novedad allí el que se vean precisados á executarlo dos ó tres veces, particularmente quando el navio se tiene poco á barlovento, pues en este caso suele estar batallando un año para conseguirlo. De uno se refiere que, estando recien casado en Paita su contra maestre y embarcando á su muger para llevarla al Callao, tuvo en ella un hijo que supo leer quando el navio llegó porque, despues de estar bordeando en la mar 60 ó 70 dias y que empezaban á faltar los viveres, arribaba, y, en interin se proveía de ellos, se passaban dos ó tres ó mas meses, y, al cabo de otros tantos que batallaba en la mar, no tenia mejor fortuna que la vez primera; de cuyo modo permaneció quatro ó cinco años y, sin haver dado ninguna utilidad á su dueño, lo dexó arruinado. Esto pendía en gran parte de su mala construccion, y no es estraño el sucesso quando á ello se juntaba el serle todo contrario.
430 Hallase Paita, por las observaciones que Don Jorge Juan hizo allí en el año de 1737, en 5 grados 5 minutos de latitud austral. La poblacion es tan reducida que solo consiste en una calle, donde hay de un lado y otro hasta 172 casas, todas de quincha y cañas, cubiertas de paja, á excepcion de la que vive el oficial real, que es de piedra. Además de la parroquia, hay una capilla de nuestra Señora de la Merced, de que cuida un religioso del mismo orden. A la parte del sur, le hace vecindad un cerro que nombran la silla de Paita, cuyo nombre conviene con su figura.
431 Aquel territorio, que todo se compone de arenal, es sumamente árido porque fuera de no llover en él por la naturaleza del clima comun en todo Valles, carece del beneficio de rio para la facilidad del riego y totalmente de agua, de la qual se proveen sus moradores diariamente en el pueblo de Colán, que está en aquella misma ensenada á quatro leguas al norte de Paita; y por su inmediacion passa el río de la Chira, el mismo que hace su curso por Amotape. Los indios de este pueblo de Colán tienen la obligacion de llevar á Paita todos los dias una ó dos balzas cargadas de agua, la qual se reparte entre su vecindario segun la assignacion que tiene cada uno, y de él se abastecen igualmente con verduras y todos generos de comestibles. Assi, por la naturaleza del terreno como por la situacion de aquella poblacion, es su temple sumamente cálido pues no hay en él cosa que mitigue la influencia de los rayos del sol. Mantienese su vecindario, que es de 30 á 40 familias, todas de españoles, mulatos y mestizos, á expensas de los viageros que se embarcan ó desembarcan para passar á Panamá ó Lima, y subsiste la poblacion unicamente por la oportunidad del puerto pues, como yá queda advertido, es en donde se echa en tierra la cargazón de los navios que baxan de Panamá, y no menos los frutos que van del Callao para aquellas jurisdicciones de Piura y Loja.
432 En esta ensenada de Paita y en la de Sechura, que está poco mas al sur, se hace todos los años una crecida pesquería de tollo, de modo que con ella se abastecen de pescado seco todas las provincias de la sierra, assi de aquella parte de Quito como de la de Lima; á este fin van por el tiempo de la pesca, que es desde octubre en adelante, muchas embarcaciones menores del Callao, las quales vuelven cargadas luego que la han concluido. Los indios de Colón, Sechura y aquellos pueblecillos inmediatos á la costa se emplean igualmente en el exercicio de la pesca, y su abundancia es tanta que, además del tollo, se cogen otras varias especies, todo muy gustoso y delicado.